miércoles, 26 de enero de 2011

El Presupuesto Participativo

El Presupuesto Participativo

Mauricio Castaño H.

El Presupuesto Participativo o PP, no sólo tiene la virtud en que confluyan la Democracia Participativa y la Representativa, sino que también es un mecanismo pedagógico de participación que posibilita una gobernabilidad y una transparencia en la Gestión de los Recursos Públicos. Y por ende, todo ello revertido en más y mejor inversión para la comunidad, en especial la más necesitada. Medellín es un buen ejemplo de estas bondades. Por ejemplo, más de 3 mil jóvenes de zonas periféricas que nunca contemplaron la posibilidad de soñarse con la educación superior, hoy su propia gente les han brindado esa realidad; muchas obras de infraestructura requeridas por la comunidad tienen hoy su materialización, que en otros tiempos era imposible de soñar y menos aún de hacer. Y la cosa va bien, pues en el primer año de la administración Fajardo inició con un monto del 6% de su presupuesto, unos 60 mil millones, hoy día está alrededor de los 500 mil millones.

Y de carambola, esta forma de Cogobierno, asesta un golpe mortal en la espina dorsal a viejas prácticas amigas de lo ajeno, los especialistas en la corrupción por lo alto y por lo bajo. Incluso muchos politiqueros inescrupulosos hoy, no resisten o toleran, en su orfandad de poder, que vayan dos gobiernos sin que les dejen partir la torta jugosa de billones, entonces, arman pataletas y hasta amenazan con revocatorias de mandato a la actual alcaldía. Pero es difícil que estos amigos del resentimiento prosperen en sus fechorías, dado que es mayor la Confianza que se ha generado en la ciudadanía y en organizaciones  y sectores sociales. Para muestra un botón: de 6 mil organizaciones sociales que participaban en la ejecución del PP, hoy, cinco años después, pasaron a 26 mil. Eficiencia y transparencia es la lección, incluso esta misma fórmula ha salvado a muchos municipios de la quiebra fiscal, son ejemplo en Antioquia Tarso, Girardota, entre otros. Todo un ejercicio de Soberanía.

En suma, este despliegue de PP, desarrolla una buena gobernanza y una gestión urbana basada en principios de integridad, inclusión, justicia social, cierre paulatino de la brecha de pobreza en la redistribución del ingreso, accesibilidad, transparencia, participación responsable en perspectiva de un Desarrollo Urbano Sostenible, fomenta los cambios políticos y fortalece las organizaciones. Ello, indudablemente, se revierte en la ciudad en crecimiento económico, desarrollo social y reducción de la pobreza. Y estos resultados serían inimaginables sin la interacción comunitaria en la gestión pública, léase haciendo efectiva las veedurías ciudadanas o por lo menos enterada de las obras en ejecución, con un conocimiento pormenorizado del valor de las mismas. Es de amplio conocimiento que uno de los mayores cánceres que carcomen nuestra sociedad es la corrupción y nada mejor para acabarla que involucrando a la ciudadanía en los gobiernos. Son considerables las ventajas en donde se profundiza el ejercicio democrático, se responsabiliza al Estado frente a la ciudadanía, se favorece la modernización de la gestión pública; los ciudadanos pasan de ser simples observadores a ser protagonistas de lo público, es decir, ciudadanos plenos, activos, críticos, exigentes.

Compartimos, en cierta medida, el sentimiento de velocidad de quienes consideran que el ideal de un PP es contar de entrada con un 50% del presupuesto de la localidad. Pero la verdad es que una planeación de esta naturaleza no se da de golpe y porrazo. Ello tiene sus propios desarrollos y sus propias dinámicas. Ya es una condición básica contar con una clara voluntad del mandatario, y nuestro alcalde la tiene. No menos importante está la presencia y el interés de la sociedad civil y sus organizaciones. En cuanto a la definición de reglas del juego claras, esta ciudad las ha ido perfeccionando: tiempos, etapas, montos presupuestales y criterios tanto de repartición entre territorios como criterios técnicos para decidir una obra, pues el sólo deseo no basta para orientar, saber trenzar, ojalá ayudados en salidas de campo, el saber técnico con el saber popular. Además es una experiencia que abre la mente de los líderes a la ciudad en su conjunto y ya no sólo de sus necesidades comunales.

Las administraciones que han incorporado estos procesos de PP, deberán tener muy presente el entrenamiento que deben dar tanto a la sociedad participante como a su funcionarios, pues el modelo es novedoso. La Información brindada a la comunidad en general deberá ser muy fluida, recordemos que una inteligente participación proviene de saberse informar de forma oportuna y correcta.

Este PP es toda una oxigenación a la Democracia, un aliento para muchas comunidades que ven dilapidarse los recursos públicos y de pronto, en medio del desespero, buscan escalar sus sueños en frágiles pirámides. Esperemos que estas pequeñas experiencias sean un poderoso aleteo de mariposa que recorra al país entero y ahuyenten el despilfarro y la corrupción.